El
alto costo de la vida en Venezuela y las pobres condiciones de trabajo están
impulsando a profesores universitarios a dedicarse a otros oficios o a emigrar:
las aulas también sufren el rigor de la crisis económica. De las
universidades Central de Venezuela (UCV), Católica Andrés Bello (UCAB) y Simón Bolívar (USB), tres de las principales del país, se han
marchado "más de 1,000 docentes en los últimos cinco años",
afirma a la AFP el psicólogo Víctor Márquez, presidente de la Asociación de
Profesores de la UCV. "Ante las
pésimas condiciones hay renuncias masivas de personal formado y capacitado",
dice con preocupación.
Tras 14 años
impartiendo clases en la UCAB, Arturo Serrano, de 42 años y con un doctorado en
Cine de la Universidad de Londres, emigró a Ecuador en 2014, aprovechando una
muy buena oferta salarial como profesor en la Universidad de las Artes, creada
por el presidente ecuatoriano Rafael Correa.
"Lo que más me
impresionó al llegar a Ecuador fue escuchar a mis alumnos hablando de
esperanza, de que serían los protagonistas de una transformación. Yo vengo de
un país donde la frase 'me quiero ir' está en boca de demasiada gente",
declaró a la AFP desde Guayaquil.
“TRATANDO
DE SOBREVIVIR"
Anitza Freites,
directora del Centro de Investigaciones Sociales de la UCAB, afirma que un
docente con el máximo grado -que exige un doctorado, mínimo 15 años de
servicio, con investigaciones y publicaciones- percibe un salario que apenas
llega a 200 dólares al mes, según la tasa de cambio oficial más alta, o de unos
50 dólares si se calcula con la del mercado negro.
"La
gente está tratando de sobrevivir. Los profesores que están empezando no tienen
perspectivas para tener un desarrollo profesional que les permita formar una
familia, alquilar una vivienda o comprar un auto", advierte Freites.
El sociólogo Iván de
la Vega, de la USB, recuerda que en los años 1970 -considerada una época de oro
para las universidades venezolanas- un profesor ganaba un promedio de 4,000
dólares mensuales. "Ahora es el salario más bajo de América Latina",
asegura.
Hoy, docentes
venezolanos buscan oportunidades en países como Estados Unidos, Perú, España,
Ecuador, Uruguay, Chile, Argentina, Panamá, Costa Rica, México, Canadá o
Australia, dejando una estela de cargos desiertos y sin relevo, porque ya "ser profesor
universitario no es honroso" y "las universidades no son atractivas",
afirma De la Vega.
Según la Asociación
de Profesores de la UCV, su personal académico es de unos 2,600 docentes
activos, pero se necesitan unos 1,500 más para cubrir el déficit. En la USB,
internacionalmente reconocida por sus escuelas de Ingeniería y Ciencias Puras,
la plantilla académica había descendido 18% hasta 2014.
La falta de
recursos para investigación o equipos especializados en ciencias básicas o
medicina y las "carencias presupuestarias" que afectan los programas
de desarrollo profesional y becas para estudios también desestimulan a los
docentes, lamenta Márquez.
Serrano explica que,
aunque la UCAB se esforzaba por pagar mejor, las oportunidades económicas
"eran cada vez más escasas" y casi "imposible" viajar para
"intercambiar conocimiento".
A MEDIA MÁQUINA
En los últimos 10
años, movimientos estudiantiles y académicos de universidades autónomas han
manifestado su abierta oposición al gobierno socialista fundado por Hugo Chávez
en 1999 y presidido por Nicolás Maduro desde 2013, asegurando que pretende
controlar los centros de estudios superiores.
El Ejecutivo ha
creado "un cerco administrativo" donde controla 70% del presupuesto
universitario, asegura Márquez.
Pero el gobierno
afirma que esas universidades, según dijo el miércoles el número dos del
chavismo, Diosdado Cabello, "mal llamadas autónomas", están
controladas por sectores de la "derecha opositora".
Las
autoridades académicas de la UCV, UCAB y USB, que aglutinan a unos 200,000
estudiantes, decidieron a mediados de septiembre que es imposible reiniciar la
actividad docente por falta de presupuesto y de insumos que el Ejecutivo se
había comprometido a entregar.
El parlamento,
controlado por el oficialismo y que será renovado en elecciones el 6 de
diciembre, emitió esta semana un comunicado de "rechazo a la
paralización", que según el diputado oficialista Guido Ochoa es una
estrategia de "la derecha" para presionar el retiro y emigración de
estudiantes universitarios.
El gobierno
asegura que la cobertura de educación universitaria se incrementó de 862.862
estudiantes en 2000 a 2,6 millones en 2013, según cifras del Ministerio de
Planificación.
Bajo la premisa de
hacer la educación superior menos elitista y atender a "sectores populares
tradicionalmente excluidos", Chávez -fallecido en 2013-, fundó en 2003 la
Universidad Bolivariana de Venezuela.
Pero mientras el
conflicto ideológico aumenta, las universidad autónomas funcionan a media
máquina. Agencia AFP
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