Aunque el Perú continúa siendo un país joven, en comparación
con muchos otros de la región y del mundo, el 25% de su población será adulta
mayor para el 2050, situación que no debe verse como una amenaza, sino como un
reto a resolver con creatividad, pero sobre todo con planificación. Así
lo señaló el experto regional de la unidad de curso de vida de la Organización Panamericana de la
Salud (OPS), Enrique Vega, quien resaltó la necesidad de
“positivizar el proceso de envejecimiento, destacando la enorme contribución económica de las personas adultas mayores en la economía de muchos países.
De acuerdo con la Encuesta
Nacional de Hogares de 2014 del INEI, el 33.4% de las familias peruanas son
conducidas por un adulto mayor. En Lima Metropolitana ese porcentaje alcanzó el
34.3% y en el área rural el porcentaje de hogares con un jefe adulto mayor se
incrementó a 37%.
SIN PRECEDENTES
“Nunca
antes en la historia de la humanidad se había producido un incremento tan
rápido de la proporción de personas mayores en la sociedad. Países como
Francia, por ejemplo, han necesitado 200 años para pasar de un 10% de
envejecimiento al 20%, pero países como México o Perú lo harán en 45 años”,
alertó.
Para
el año 2050, sostuvo el destacado geriatra, nuestro país tendrá el 25% de su población anciana. Esto
ocurrirá a la par del incremento de esperanza de vida y no solo al nacer, sino
también en la cantidad de años que va a vivir una persona mayor.
“El 85%
de los peruanos que
nacen hoy van a vivir
después de sus 60 años y el 45% va a vivir
más de los 80 años. Eso no ha ocurrido en las proporciones que están ocurriendo
ahora”, dijo.
ENVEJECIMIENTO
Para
que un país envejezca, refirió, se requieren dos cosas: la disminución de la fecundidad (que nazcan menos niños) y la disminución de la mortalidad.
“Hasta
1980 el envejecimiento era un tema de los países desarrollados. Primero
lograban su desarrollo económico y luego envejecían. Nuestros países van a envejecer
cuando todavía no tienen un progreso económico, cuando aún no han resuelto sus temas
de salud. Serán
viejos cuando todavía están resolviendo sus problemas de mortalidad infantil, enfermedades infecciosas, entonces va
a tener un doble reto, que no tenían los países desarrollados”, alertó el
especialista del organismo internacional.
RETO SANTITARIO
Para
el Banco Mundial, la
presión ejercida por el envejecimientose dejará sentir más en
los sistemas de salud que en el sistema de pensiones.
“No
es lo mismo manejar una
enfermedad infecciosa que el Alzheimer. En la primera, haces
una intervención y en algunos días la persona mejora o muere. Una enfermedad
crónica implica muchos años de deterioro, requiere cuidados en el largo plazo y
eso es una tremenda carga para la familia, la comunidad y progresivamente para
el Estado, porque las familias están cambiando”, explicó.
Hace
20 años, en el Perú había mucha gente joven para 2 o 3 ancianos en la familia, ahora habrá muchos ancianos para
una o dos personas jóvenes en casa.
ACCIONES
Vega,
quien durante 10 años fue el asesor regional de envejecimiento y salud de la
OPS, señaló que se necesita colocar el
envejecimiento en la política pública.
“Necesitamos
que la gente converse de eso; que los políticos lo incorporen en su discurso, que
los mayores de 60 años no hablen del envejecimiento en tercera persona, sino
que lo sientan con orgullo. Que se entienda que las personas mayores tienen una
gran capacidad laboral. Urge trabajar en los derechos de las personas mayores,
recordando que el Perú es uno de los países que aprobó la Convención
Interamericana de Derechos de las Personas Adultas Mayores en la OEA”,
sostuvo.
La
lucha, agregó, está en evitar
la discriminación por cuestiones de edad en todas sus formas.
CIUDADES AMIGABLES
Para
muchos países el envejecimiento está definido hoy como una oportunidad de
mejora para las ciudades, refirió Enrique Vega.
“La
esperanza de vida en el Perú ha aumentado 20 años y la mitad de esos años se viven sin
salud, con discapacidad, con limitaciones funcionales. Se requiere lograr que
el envejecimiento sea un proceso donde, hechas las inversiones necesarias, se
tenga una mayor esperanza de vida, pero saludable”, comentó.
Actualmente,
la Organización Mundial de la Salud desarrolla la estrategia de ciudades y
comunidades saludables y amigables con las personas mayores.
“En Estados Unidos tenemos más
de 150 ciudades de este tipo. En América
Latina tenemos 15 en países como Chile,
Argentina, Colombia, y México. En el Perú no tenemos todavía ninguna”,
detalló.
En Miami, por
ejemplo, se encontró que los ancianos no caminaban por las calles debido a
temperaturas que sobrepasan los 35 grados.
“La ciudad y la
empresa decidieron sembrar árboles que
dieran sombra en las rutas que ellos toman para ir a los bancos,
supermercados, farmacias y así han empezado a resolver el problema”.
Explicó que adaptar
las ciudades a estas poblaciones no requiere siempre grandes inversiones, sino
más bien creatividad, gestión que recae en los gobiernos locales.
NO
ES CARIDAD
No existe una persona
mayor “típica”. El envejecimiento saludable es
algo más que la ausencia de enfermedad.
La
discriminación por motivos de edad está arraigada en la sociedad y se centra, generalmente, en
resaltar el aislamiento social, el deterioro físico y cognitivo que evidencian
algunas personas mayores, así como la
idea de que son una carga económica.
“En el Perú todavía
persiste una visión caritativa hacia el
envejecimiento y eso se nota en el discurso y la conversación. Eso
debe cambiar hacia una visión de derechos”, pidió Vega.
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